martes, 22 de noviembre de 2011











- Empezaremos con un te quiero, con unos 30 dias más de mi vida, unas 30 noches más a tu lado, unas 30 mañanas más sin quitar los domingos y dias festivos, unas 30 estúpidas discuciones más, 720 horas con 43200 minutos y 2592000 segundos. No voy  a decir que me arrepiento porque no, ni tampoco quejarme porque no, nisiquiera voy a llorar, pero si quejarme de lo mucho que es el tiempo, de lo cruel que es, de lo doloroso que es un minuto sin estar contigo, de esos 60 segundos que poco a poco te quita el aliento, te deja cao en un abrir y cerrar de ojos, y de lo débil que te deja al ser el héroe mas fuerte.
Y pedí a mi misma ser diferente, aunque la situación ya me cambio por completo, me hiso ver las diminutas cosas tal y como son, de verle tal y como es, pero mas perfecto. Me dejo caer en un fondo el cual no conozco, un fondo del que todos hablan sin miedo, y tal vez sin conocimiento de ello, el amor.
Eres como una mañana en el campo rodeado de frío y hojas, como el cielo azul que te saluda desde lo mas alto del universo retándote a que lo toques y que lo saborees como un dulce caramelo sin azúcar.
Gracias, tal vez sea esa palabra que tanto buscaba en el diccionario para poder explicar el por qué o tal vez tu nombre para conocer esa gran perfección que te hace ser.
Y no pido nada, solo que estes conmigo, que me sigas queriendo estes donde estes, que pienses en mi colocando a una preciosa princesa en tu cabeza, que me abrazes por la espalda de golpe y no asustarme, que me beses las veces que te de la gana y que me hagas los caprichos mas grandes que el propio deseo de tener la luna, a cambio, nunca dejaré de amarte más y más.

pd: tu dulce caracola que sale más y más de su caparazón, te amo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario